El aborto
en Gran Bretaña
Aumentan los llamamientos
por un cambio de la ley de 1967
LONDRES,
sábado, 9 septiembre 2006 (ZENIT.org).- Los datos oficiales
del 2005 muestran un ligero aumento de abortos en Inglaterra y Gales. El número
de abortos en mujeres residentes en las dos zonas fue de 186.416, con un aumento
del 0,4% con respecto al año anterior, en el que hubo 185.700 abortos, según la
información publicada por el Ministerio de Sanidad el 4 de
julio.
Además, el
año pasado hubo 7.937 abortos practicados a no residentes en Inglaterra y Gales,
la mayoría mujeres de Irlanda, que elevaron la cifra total para el años hasta
los 194.353. La gran mayoría de los abortos, el 89%, se llevó a cabo antes de la
semana 13 de gestación; el 67% antes de las 10 semanas. Hubo 137 abortos
practicados a embarazos más allá de la semana 24.
En total, el
índice de abortos ha sido del 17,8 por 1.000 para las mujeres residentes entre
15 y 44 años. En términos de distribución por edades, este índice fue el más
elevado, el 32,0 por 1.000, para el grupo de edades entre 20 y 24
años.
El gobierno,
a través del Servicio Nacional de Salud, pagó el 84% de los abortos practicados
en el 2005. La mayoría, el 79%, se practicaron a mujeres solteras, una
proporción que no ha dejado de elevarse desde 1995, cuando alcanzaba los dos
tercios.
"El alto
porcentaje de abortos - el 66% - dentro de las primeras nueve semanas de
embarazo es una evidencia clara, si alguien la necesita, de que en el Reino
Unido el aborto se da a quien lo pide", afirmaba Julia Millington de
la ProLife
Alliance. "Y el marcado incremento del número de abortos
tempranos hace difícil considerar que el aborto no es más que un método
anticonceptivo", añadía a su reacción a los datos en una nota de prensa el 4 de
julio.
Otra
preocupación surgida a partir de estas cifras tiene que ver con los abortos
practicados a chicas jóvenes. En el 2005 hubo 1.083 abortos llevados a cabo a
chicas de menos de 15 años. El Ministerio de Sanidad agrupó las estadísticas de
los últimos tres años de las chicas con menos de 14 años. En el 2003-2005, hubo
33 abortos practicados a chicas de menos de 13 años, y 409 a chicas de esa
edad.
"Es
vergonzoso que el gobierno promueva abortos secretos de chicas menores de edad e
insista en que no se comunique esto a sus padres", afirmaba John Smeaton,
director nacional de la Society for the Protection for Unborn Children
(PSUC).
Smeaton
denigró la presión sobre los doctores para que mantuvieran un estricto secreto
sobre los abortos practicados a muchachas jóvenes. En una nota de prensa del
PSUC el 5 de julio, Smeaton declaraba: "El Ministerio de Sanidad exige
erróneamente que se requiera a los profesionales de la salud por ley y por su
propio código de conducta profesional que proporcionen a menores de 16 años la
misma confidencialidad que a personas con más de 16 años".
Motivos
eugenésicos
Las cifras
oficiales también revelaban que 1.900 abortos se cometieron bajo el "supuesto E"
de la ley, que permite abortar si hay riesgo de que el niño pueda nacer
discapacitado. El Ministerio de Sanidad revelaba que se informó de que el 39% de
los casos del supuesto E fue de anormalidad cromosómica, y cerca del 45% por
malformaciones congénitas.
El síndrome
de Down representaba el 22% de los casos del supuesto E y fue la anormalidad
cromosómica más común. Algunos de los datos de los casos del supuesto E no se
añadieron a la base de datos anual, debido al pequeño número implicado. En los
años 2003-2005, hubo 11 abortos cuya principal rasgo médico de malformación
congénita fue el labio leporino y/o el paladar hendido.
El tema de
los abortos por labio leporino recibió una especial atención en el 2004, cuando
la clérigo anglicana Joanna Jepson llevó la práctica a los tribunales en un
esfuerzo sin éxito de llevar ante la justicia a los doctores responsables del
aborto de un bebé de 28 semanas que sufría de tal
condición.
Otro rasgo
notable detallado en las estadísticas ha sido el nivel de mujeres con más de un
aborto. En cada uno de los años del periodo 2003-2005, el 32% de las mujeres que
abortaron habían tenido uno o más abortos anteriores. Esta proporción se ha
elevado, desde el 28% de 1995.
Aumento en
Escocia
Las
estadísticas publicadas hace poco también muestran un aumento en Escocia. En el
2005 se llevaron a cabo un total de 12.603 abortos, informaba el 24 de mayo
la BBC. Son
142 más que el año anterior, y es la cifra más alta desde que se legalizó el
aborto en 1967. Unos 3.304 abortos se practicaron a mujeres y chicas con menos
de 20 años y, de éstos, 341
a chica de menos de 16.
Comentando
los datos en el Sunday Times del 28 de mayo, Katie Grant observaba que el aborto
sigue aumentando a pesar de los millones de libras gastadas en programas de
educación sexual, y a pesar del libre acceso a los anticonceptivos. El aborto,
indicaba, "ya no se usa como el último recurso sino que se considera cada vez
más sólo como otra forma de anticoncepción". La reacción oficial ante el aborto
no ayuda a mejorar la situación, añadía Grant. Todo el gobierno está promoviendo
más y más la educación sexual explícita y reparte un número cada vez mayor de
condones, comentaba. Esto no es hacer caso al daño emocional del aborto en las
chicas jóvenes. "De hecho", observaba Grant, "se podría defender que animar a
una chica de menos de 16 años a tener un aborto es un tipo especial de
abuso".
Durante la
reunión el cardenal citó las encuestas de opinión que muestran que la mayoría de
las mujeres de Gran Bretaña quieren que la ley se endurezca para hacer más
difícil poner fin a un embarazo.
"No se trata
de un asunto que sea sobre todo religioso", declaró el cardenal Murphy-O'Connor.
"Es un asunto humano. El aborto es una respuesta errónea al miedo y a
la inseguridad.
Como sociedad necesitamos considerar el modo de apoyar a las
mujeres que se encuentran con un embarazo no planeado".
"La gente
sabe, quizás de forma instintiva, que se conoce la bondad de una sociedad no por
su riqueza sino por la forma en que trata a los seres más vulnerables, aquellos
que demandan poca o ninguna atención pública". Frente a los altos niveles de
abortos, se han levantado voces para cambiar la ley. En junio, el cardenal Cormac
Murphy-O'Connor así lo hizo al encontrarse con la secretaria de estado para la
sanidad, Patricia Hewitt. Según una nota de prensa de la archidiócesis el 21 de
junio, el arzobispo de Westminster indicó a Hewitt que era el momento, en medio
de la creciente preocupación por la frecuencia y el número de abortos, de que el
parlamento revisara la ley del aborto de 1967.
Blair
preocupado
El primer
ministro británico, Tony Blair, afirmó que apoyaría un debate sobre la ley del
aborto porque estaba "preocupado" con la actual legislación, informó el 18 de
junio el Sunday Times. Blair expresó este punto de vista sobre el tema en un
encuentro privado con el cardenal escocés Keith O'Brien.
Sin embargo,
"El gobierno no tiene planes de cambiar la ley del aborto", afirmaba un portavoz
del Ministerio de Sanidad, según informaba la BBC el 21 de
junio.
El 3 de
julio la BBC informaba de que más de 60 miembros del parlamento británico habían
firmado un moción de los Comunes respaldando una revisión de la ley del aborto,
dados los cambios científicos y médicos desde que se aprobara en 1967. Phil
Willis, miembro del comité de ciencia y tecnología de los Comunes, afirmaba que
el tema debería revisarse otra vez, advirtiendo que sería imprudente ignorar el
cambio de circunstancias.
Entretanto,
los esfuerzos de los activistas para utilizar algunas de las tácticas más
gráficas usadas en otros países para protestar contra el aborto han chocado
contra obstáculos legales. Edward Atkinson, un activista pro vida de 74 años fue
condenado a cuatro fines de semana de prisión tras enviar imágenes "ofensivas"
de fetos mutilados por e-mail, informaba el periódico Independent el 8 de mayo.
Las fotos mostraban algunos miembros seccionados y un feto sin
cabeza.
El objetivo
de las fotos, el Hospital Queen Elizabeth, castigó también a Atkinson,
retirándoles de una lista de espera para un trasplante de cadera. Mostrar a la
gente los resultados gráficos de las leyes que permiten el asesinato de cientos
de miles de bebés no nacidos es demasiado, según parece, para la sensibilidad
británica.
Fuente: Zenit,
ZSI06090902